(Tres pájaros de un tiro: el contenido de derechos de autor, el de literatura medieval y la transversal de educación en valores).
Vamos a comparar un momento el concepto de autor que hay en Alfonso X y el que aparece en don Juan Manuel
Al hablar de cómo un profeta escribe los mandamientos por inspiración divina, se dice:
…“Así como dijimos nosotros muchas veces que el rey hace un libro no por que él lo escriba con sus manos, mas porque compone las razones de él y las enmienda y allega y endereza y muestra la manera cómo se deben hacer, y así las escribe quien él manda, pero decimos por esta razón que el rey hace el libro.
Otrosí, cuando decimos que el rey hace un palacio o alguna obra, no es dicho porque él lo hiciese con sus manos, mas porque lo mandó hacer y dio las cosas que fueron menester para ello; y quien esto cumple se dice que hace la obra, y veo que así nosotros usamos de decirlo.”
—Alfonso X, General Estoria (=Historia Universal), primera parte, capítulo XIV (modernizado).
Y porque don Juan vio y sabe que en los libros acontecen muchos yerros en los copiar, porque las letras semejan unas a otras, pensando por la una letra que es otra, al escribirlo, se cambia toda la razón y por aventura se confunde, y los que después hallan aquello escrito ponen la culpa en el que hizo el libro. Y porque don Juan se receló de esto, ruega a los que leyeren* cualquier libro que fuere copiado del que él compuso o de los libros que él hizo, que si hallaren alguna palabra mal puesta, que no pongan la culpa en él hasta que vean el libro mismo que don Juan hizo, que es enmendado en muchos lugares de su letra.
Y los libros que él hizo son estos que él ha hecho hasta aquí: la Crónica abreviada, el Libro de los sabios, el Libro de la caballería, el Libro del infante, el Libro del caballero y del escudero, el Libro del conde [Lucanor], el Libro de la caza, el Libro de los ingenios, el Libro de los cantares. Y estos libros están en el monasterio de los frailes predicadores que él hizo en Peñafiel.
Pero después de que vieren los libros que él hizo, por las faltas que en ellos hallaren, no pongan la culpa en su intención, mas pónganla a la falta de su entendimiento, porque se atrevió a entremeterse a hablar en tales cosas.
—-Don Juan Manuel, prólogo a El Conde Lucanor (modernizado).
*NOTA: Leyeren, fueren, hallaren, etcétera, son formas del futuro de subjuntivo. Esta forma verbal indica que algo podría pasar en el futuro, pero es improbable (equivalen más o menos a pudieran leer, pudieran ser, pudieran hallar). Actualmente, solo se emplea en la lengua de los abogados y jueces.